Ya estamos
en primavera, se huele el azahar todavía por algunos rincones de nuestro
pueblo.
Y esto es la
antesala de mayo, que según un viejo refrán, después de abril lluvioso (aunque solo en Semana Santa)
llega mayo florido y hermoso.
Y con flores
podemos obsequiar a todas nuestras titulares, mayo es el mes de María, y como a
ella nos dirigimos tanto en los momentos de dolor como en los de felicidad,
tenemos todo el mes para demostrarle nuestro agradecimiento.
Debemos dar
las gracias, hermanos, porque a veces recurrimos a la Madre de Dios para que
interceda por nosotros ante su hijo.
Y no debemos
de olvidar a nuestras madres de la tierra, que siempre las tenemos preparadas
para lo que nos haga falta y con solo un beso o una visita le pagamos los
esfuerzos de toda una vida a nuestro servicio.
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